Corren tiempos de crisis, aunque todo indica que lo que ocurre es que los de siempre han decidido que, los otros de siempre, paguemos el fiestorro y los pelotazos de la orgía liberal celebrada a lo largo de los últimos 15 años, durante los que parece ser que los mercados, otrora lugares populares colmados de patatas, pimientos y todo tipo de víveres para abastecerse, han mutado en monstruos invisibles a modo de azote de los dioses, pasando también de servir a la humanidad a esclavizarla. Cría cuervos…
Sea como fuere, esta crisis financiera se está cebando, lógicamente, con el mundo urbano, donde muchos trabajadores lo son de grandes empresas en las que sus nombres son ignorados, hasta en el mismo momento de ser despedidos y pasar a formar parte de los cuatro millones de parados (se dice pronto, cuatro millones).
Algunos pueblos de España están registrando pequeños incrementos demográficos derivados del regreso de algunos vecinos que se han quedado sin trabajo en la ciudad, aunque parece que son los inmigrantes los que menos ascos les hacen a vivir en los pueblos si encuentran ocupaciones. Así se desprende de un estudio realizado por profesores de la Universidad de Zaragoza y publicado por el Real Instituto Elcano.
El estudio ratifica que 9 provincias españolas (Albacete, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Huesca, Jaén, Salamanca, Teruel y Zaragoza) han experimentado un crecimiento demográfico en el medio rural de un pequeño, pero positivo, 0,4 por ciento en lo que llevamos de siglo XXI, mientras que en la última década del siglo XX perdieron población a un ritmo del 0,5 por ciento.
Según el mismo estudio, la provincia de León se encuentra en otro grupo que, no sólo no ha reaccionado frente a la despoblación, sino que ésta se ha ido acelerando con el paso de los años hasta el uno por ciento, frenado en algunos casos a menos de la mitad cuando se tiene en cuenta el flujo de población inmigrante.
Nadie desea los tiempos de crisis, pero que en las ciudades no se aten los perros con longaniza y haciendo virtud de la necesidad, esta situación podría suponer una oportunidad para recuperar, siquiera tímidamente, las pírricas poblaciones de nuestros pueblos, siempre que se articule estrategia alguna por la parte interesada, que deberíamos ser nosotros, ¿o no?