Revista Comarcal
Ya sabemos que la cosa está “mu malita” en lo económico por doquier, así como que por estos lares está aún peor en lo económico y en lo demográfico. La diferencia quizá estribe en la reacción ante el colapso de los pilares que sustentan cada comunidad. Mientras que allende nuestros puertos, con mayor o menor acierto, existen algunas apuestas por dar continuidad a la brega vital de la comunidad, parece que por aquí lo más extendido es el lamento, el derrotismo, la apatía y la comidilla y ¡motivos hay! Pero con esos aperos no labramos futuro y, si hay algo peor que morir en la lucha, es palmar sentado sin mover un dedo, lamentándose y esperando un milagro socioeconómico.
El análisis técnico de nuestras posibilidades, aunque desalentador por la debilidad demográfica, enumera nuestros recursos y posibilidades de apuesta de futuro, apareciendo el Medio Natural, el Paisaje y el Patrimonio en general, en lugares muy destacados. Estos pilares podrían ayudar a sostener un futuro si se apostase por ellos poco a poco, con sentido, con un objetivo no sometido ni a caprichos ni a ocurrencias, paso a paso, poniendo los cimientos antes de pensar en el tejado, olvidándonos de opciones salvadoras basadas en el tristemente célebre pelotazo, pilotando “desde casa” el proceso como máximos interesados en que llegue a buen puerto y siendo los primeros con derecho a percibir los beneficios que emanen de la utilización de esos recursos. El trabajo fino y continuado es buena base y permite tomar perspectiva de lo que es importante y lo que es accesorio. Debemos ser capaces de ello.
El turismo está ahí, pero no podemos pedir más de lo que seamos capaces de atender con solvencia, so pena de defraudar expectativas. Trabajando por alargar las temporadas de actividad, no con ocurrencias puntuales difíciles de atender, sino seduciendo a los visitantes para que vuelvan más allá del estío. Para eso hay que aportar una plusvalía a lo que la Naturaleza nos ha concedido. ¡Hay que poner algo de nuestra parte! y ya hay gente que está a ello.
La actual posición de la Comarca, con un menor desarrollo en estas lides que nuestros vecinos asturianos o cántabros, nos permite aprender de errores ajenos y elegir el camino que mejor se adapte a nuestras circunstancias. No inventaríamos nada si, como en algunos de esos lugares, aprovechásemos la corriente de pasión existente por el Medio Natural para, siendo prácticos, remar a favor de la corriente dominante en este tema.
Proponernos un objetivo global en la Comarca y remar de la forma más sincronizada posible hacia él cubriendo etapas, no dando saltos magistrales pero imposibles, puede ser la única oportunidad. ¡Propongamos un objetivo! ¡El verdadero paraíso natu ral está aquí!
