Esta revista acaba de cumplir veinte años. Según la edad media que alcanzan este tipo de publicaciones que no se dedican a difundir escándalos públicos, a dar a conocer las pautas de la moda para la próxima temporada presentada por esculturales modelos, a conocer las nuevas y provisionales parejas felices del momento, a publicar series fotográficas de los interiores de casas de famosos personajes, a reyes, príncipes y princesas, la Revista Comarcal ha conseguido llegar a una edad provecta, sin escándalos, predicando valor y resistencia ante la adversidad, y fe en el futuro. La Revista Co- marcal, nacida con el siglo, sufrió una infancia dificultosa al nacer en familia descapitalizada, sin casa ni techo conocido; ha tenido, eso sí, la ayuda, comprensión y alimento de la gente del común y ha soportado crisis y también, ha recibido alegrías en forma de alabanzas en mayor número que críticas.
A pesar de lo dicho, y gracias al trabajo de la tropilla de esforzados voluntarios remisos a pertenecer a las clases pasivas, ha salido al encuentro de los lectores con notable asiduidad.
El último año malvivido nos ha puesto a prueba a todos, ha destruido las relaciones sociales, nos ha hecho sospechar los unos de los otros, encontramos dificultades de llegar a los lectores. Pedimos que nuestros fieles hagan el regalo de una suscripción a un amigo, que la revista, que llega a todos los rincones del país, pueda seguir enviando el mensaje de una tierra que vale la pena visitar, repoblar y disfrutar. Así sea.