Puesto que todo editorial expresa una opinión sobre un problema de actualidad, continuaremos, prisioneros como estamos de la problemática general de la que somos parte, echando una ojeada a nuestro entorno, e intentando adivinar cómo va a ser el futuro. Rememoramos en nuestras páginas muchas veces los usos y costumbres de hace sesenta o setenta años, que es el espacio de tiempo que domina nuestra memoria. No imaginaban, los que comenzaban a mirar el mundo reducido de nuestros valles, cómo iba a ser de diferente el que viven en su jubilación. Por supuesto, nadie pronunciaba entonces la palabra “inflación” que ahora se asoma a todos los noticiarios económicos, ni del coste de las materias primas o de la energía, máxime cuando en alguno de nuestros pueblos aún se usaba el candil, el carburo o la vela para iluminarse. Sin embargo, de inflación y costes trataba el anterior editorial.
Otro asunto ocupa grandes espacios en la prensa nacional: “La España Vacía”. Este fue el título de un libro de Sergio del Molino, editado en 2016. “Hay dos Españas, hay una España urbana y europea, y una España interior y despoblada… a menudo parecen países extranjeros el uno del otro”. Antes de 2016, La Revista Comarcal ya había publicado la situación poblacional de la comarca: Síntesis: Comarca con una población estable de menos de 2 habitantes por Km2. Media española, 95 habitantes Km2. Al parecer, situación irreversible, seguimos perdiendo población.
Cuando se escriben estas líneas, la actualidad mundial que, en principio, parece que aquí no nos importa demasiado, trata de “el cambio climático”. Aquí los inviernos son más cortos, los veranos no nos obligan a comprar climatizadores y hasta se prolongan en dulces otoños como este año. Pero los científicos avisan alarmados, los políticos comienzan a preocuparse del problema global, se anuncian grandes sequías, grandes desplazamientos de población (ya se están produciendo grandes migraciones) hacia zonas menos castigadas.
¿Cuál va a ser el futuro de esta comarca? ¿Seremos capaces de prever cómo será la vida en este ámbito de la montaña hoy despoblada? La intuición nos dice que esas masas de turistas que como rebaño acuden a las playas del sur, del Mediterráneo, de las islas, que han soportado este verano temperaturas de hasta 45º, cuando cunda la noticia de estos adelantados que nos visitan llenando todo espacio libre con sus caravanas, harán torcer el flujo de la masa que ya no soñará con comprar un apartamento en la playa, sino en las montañas del norte y si el trabajo a distancia se consolida, el título de un programa de TV: “Me vuelvo al pueblo”, puede convertirse en frase que exprese decisión corriente.
Esperemos que estas intuiciones de futuribles no provoquen una nueva especulación de solares que haga huir al atrevido que ose preguntar por el precio del m2. Antecedentes hay. Los que hacemos memoria de lo que fue la comarca hace muchos años, tampoco somos capaces de verla como despersonalizado rincón de moda.